domingo, 6 de noviembre de 2016

Viajar en coche a los Alpes franceses

La primera vez que viajé a los Alpes fue hacia 1988. Desde entonces, podré haber vuelto unas 25 veces, casi siempre a los 3 Valles. Así que aquí va una pequeña guía sobre cómo hacer el viaje, para aquéllos a los que no os asusten los 1300 km de coche.


Datos de partida

Los cálculos de precios de peajes y combustibles son de Enero de 2011. A día de hoy (2016), los peajes han subido aproximadamente entre un 7% (Francia) y un 18% (Cataluña). El precio del combustible ha bajado desde 1,34 €/l a 1 €/l.
El vehículo es diésel, turismo ranchera con cofre en el techo. A 130 km/h, viene gastando entre 7,5 y 9 l/100 km, dependiendo de la dirección del viento. Lógicamente con 4 ocupantes y maletero y cofre llenos.
Siempre que me parece razonable, evito los peajes. A pesar de ello, los trayectos están estudiados con y sin peajes, en la parte española. En Francia, las pocas veces que hemos probado a ir por carretera nos ha parecido una tontería; es imposible sacar una media de más de 60 km/h, ya que las carreteras están llenas de pueblos, rotondas y tráfico.
Las distancias están medidas de Aranda a Les Menuires, mi destino más habitual. Esto es válido para La Plagne-Les Arcs o Tignes-Val d'Isère, a las que también se accede por Moûtiers, y también para todas las del valle de Maurienne (Les Sybelles, Valloire-Valmeinier...)
Los cambios recientes de carreteras que pueden influir algo en la elección son:
  • Desdoblamiento completo de la C-25 (Cervera - Gerona).
  • Apertura de la A-89 entre Clermont-Ferrand y Lyon norte, que ahorra 25 km pero cuesta 4 € más en peaje y requiere cruzar Lyon.


Las 3 opciones principales

Tengamos en cuenta que vivo en Aranda de Duero (Burgos), por lo que a los de Madrid sólo les valdrá una de las opciones, y a los vascos las otras dos, por ejemplo. Por supuesto, todo dependerá de si nos gusta parar a hacer noche, o aprovechar el viaje para alguna parada intermedia.
Yo siempre me he alojado en apartamento, por lo que el viaje está condicionado por la hora de llegada del primer sábado, no más tarde de las 18 ó 19, hora en que cierran las agencias, y la salida del sábado siguiente, a las 10 de la mañana como muy tarde.
Los tres itinerarios principales que existen son:
  1. Por Irún y Burdeos.
  2. Por Irún y Toulouse.
  3. Por Zaragoza, y La Junquera.

Las 3 opciones según viamichelin.

Numéricamente, la comparativa resumida queda:

Por Burdeos Por Toulouse Por La Junquera
Distancia 1280-1309 km (1) 1303-1332 km (1) 1340 km
Peaje (2011) 68,80-89,25 € 74,10-94,55 € 48,00-69,45 €

(1) Diferencia en km entre la A-1 y la AP-1 de Vitoria a San Sebastián.



Opción 1: vía Burdeos


Sobre el papel, es la opción más corta. A pesar de ello, solamente la he probado una vez. Me gustaron mucho las vistas sobre el Macizo Central francés y el Puy de Dôme. No permite repostar en una gasolinera francesa muy interesante, que mencionaré en la opción 3.

Tras circunvalar Burgos, podemos elegir entre AP-1 ó N-I. Mi elección dependerá principalmente de la hora, pues la mayoría de los camiones optan por la carretera. Si no quiero pagar peaje, sigo por carretera hasta pasado el desfiladero de Pancorbo. Hace años se creó una nueva salida de la autopista, la 4A (Ameyugo); desde aquí a Armiñón, el coste del peaje es 0 €. Hay que coger ticket, pero no os asustéis, que luego no os cobran al salir.
La siguiente elección llega en Vitoria. La AP-1 sigue por Bergara hasta enlazar con la AP-8. Éste es un tramo que no me duele pagar, al ver la cantidad de túneles que tiene y lo que tuvo que costar la obra. Sin embargo, seguir por la A-1 y bajar el Etxegárate es gratis, aunque supone casi 30 km más. Atención a la vuelta, en San Sebastián, si quieres volver por el Etxegárate, pues la A-1 está fatal indicada, y los letreros te encaminan hacia la AP-1.
Ya en Francia, no hay mucho misterio. No puedo daros indicaciones sobre cruzar Lyon, porque cuando utilicé este itinerario la A-89 no existía, y yo fui por St-Etienne, que supone 25 km más. No me atrevería a decir si merece la pena.
A la vuelta, uno de los puntos más conflictivos es el peaje de Chambéry. Todos los esquiadores bajamos a la vez el sábado por la mañana y es frecuente encontrar varios km de retención.


Opción 2: vía Toulouse


Me suena haber elegido ésta en un par de ocasiones. Es la más cara en cuanto a peajes, aunque nos evita Lyon.

Hasta Biarritz, comparte ruta con la opción 1. En Bayona, hay que desviarse en la salida 5.1 para coger la A-64.
Antes de llegar a Toulouse, tenemos la opción de ahorrarnos unos 25 km y unos eurillos de peaje cogiendo un pequeño atajo. Se trata de coger la salida 28, a la altura de Longages, con dirección a Saint-Sulpice-sur-Lèze, por la D-622. Seguimos por ella hacia Auterive y Nailloux. Y aquí ya buscamos la autopista A-66, o bien seguimos un poquito por carretera para coger directamente la A-61 en Villefranche-de-Lauragais.


El atajo indicado aproximadamente en Viamichelin.

La A-61 entronca con la A-9 en Narbonne. A partir de aquí, describo la ruta en la opción 3.


Opción 3: vía La Junquera


Esta es mi preferida. Son algunos km más, pero es la que menos peaje requiere y transcurre durante más tiempo por España, donde el combustible es más barato.

Mientras no esté terminada la A-11, seguiremos yendo a Zaragoza por la CL-116, que bordea Almazán y entronca con la A-2 en Ariza. Aunque son 10 km, compensa el que la mitad de ellos sean por autovía. Apenas hay travesías y no hay peajes. Si se opta por Soria, habrá que cruzar Tarazona y Borja, y luego pagar el peaje de la AP-68 o sufrir la N-232 y su línea continua perpetua con limitación a 80 km/h.

A la salida de Zaragoza, nuevamente podremos elegir entre N-II y AP-2. Yo paso habitualmente hacia las 4 de la madrugada, sin tráfico apenas, por lo que me gusta ir por la nacional. En Fraga, la N-II se covierte en A-2 (autovía), así que no interesa seguir pagando peaje de la AP-2, salvo que queráis evitaros los salvajes baches de los primeros km de la autovía.

Habiendo dejado la AP-2 por las salidas 4 ó 5, seguimos por la A-2 hasta Cervera. Aquí cogeremos la C-25, que nos llevará casi hasta Gerona. Si seguís nuestro horario, serán ya entre las 7 y las 8 de la mañana; empieza a haber tráfico y para no complicarnos más, solemos coger ya la AP-7 en dirección a Francia.

En Francia es sencillo: seguir la A-9. Ésta morirá en la A-7, que seguimos durante otros 100 km hasta casi Valence. Tomamos la salida 15 hacia Grenoble. Estamos ahora en una carretera de circunvalación desdoblada, no autopista (ojo con los radares). Aquí encontraremos una gasolinera muy interesante, en la salida 5. El precio del combustible puede estar más barato que en España. Se llama Aire de Bayanne, y su problema es que se encuentra en el otro sentido de la marcha. La del sentido Grenoble se llama Aire des Marlhes y, aunque tiene también buen precio, sólo funciona con tarjeta, y las españolas siempre nos han dado problemas. Cruzar al otro lado para repostar en Bayanne es sencillo gracias a un paso inferior que atraviesa la autovía.

Aire de Bayanne.

La A-49 nos deja en Grenoble. En la entrada, solemos aprovechar un gran Carrefour junto a la autopista para las últimas compras, que nos evitan hacer todo el viaje cargados. El acceso es evidente desde la salida 14, St. Égrève. También hay un pequeño Decathlon.

Circunvalar Grenoble suele ser sinónimo de atasco. Estaremos atentos para coger la salida en dirección a Chambéry, con letrero verde al principio. De la A-41 pasamos a la A-43, dirección Albertville, y ya sólo hay que seguir las indicaciones hasta nuestro destino.


Resumen de la comparativa

Como puede verse a continuación, no existe una gran diferencia entre las opciones. El coste indicado incluye combustible y peajes (2011), por trayecto (sólo ida). A los tiempos habrá que sumar paradas y atascos.

Opción Distancia Coste Duración
Burdeos 1.280 km 230 € 11:40
Burdeos peaje mínimo 1.309 km 210 € 12:10
Toulouse 1.303 km 240 € 11:20
Toulouse peaje mínimo 1.332 km 220 € 11:50
La Junquera 1.341 km 215 € 12:00
La Junquera peaje mínimo 1.340 km 190 € 12:45



martes, 6 de septiembre de 2016

Nueva red en la Torca de los Morteros

En alguna ocasión he insinuado una misteriosa exploración que estábamos llevando a cabo en algún sitio...

En 2009 visité por primera vez la Cueva de Imunía. Buscábamos una sucesión de pozos que conectaba con el Tercer Piso de la Torca de los Morteros, de la que ya había visitado los otros 3 niveles principales. Encontré un destrepe entre bloques que desembocaba en un pozo sin instalar; nada encajaba con la topografía. El astuto método de la piedra que cae me anunció un pozo de ¡cerca de un centenar de metros! Una segunda salida bastó para confirmar que eso era algo no explorado, así que iniciamos discretas conversaciones para confirmar que los descubridores originales de la red no lo conocían y estaban de acuerdo en que lo explorásemos.

La nueva red de pozos recoge lo principal de las aguas que provienen de las galerías superiores de Imunía, así como de los arroyos que se introducen por la boca, así que debíamos aprovechar épocas de estiaje e incluso sequía para atacarla. Con la "suerte" de un verano seco, en pocas salidas descendimos el primer P25, seguido de un P70. Un pequeño P3 nos daba acceso a un meandro desfondado que se convertía en un P30 aéreo. Y de ahí, un grandioso P75. Tras unos metros de caminar, un nuevo P38 nos dejaba en una zona con algunos bloques. Descendiendo un meandro bajo ellos y un nuevo P10 ya entre bloques, alcanzamos un primer punto bajo a -389 m (Posteriormente recalculado y corregido a -406 m).

Topo de 2012. Señaladas las dos grandes incógnitas pendientes: 1.- Variante de acceso al P75. 2.- Gran Sala del Ágora.


Desde el principio, Carlos Puch se mostró muy interesado, ya que la Torca de los Morteros es uno de los sistemas a los que más cariño le tiene, y que él exploró y topografió por completo. Así que nos acompañó desde las primeras salidas. En él conocí a un gran espeleólogo y magnífico compañero.

La vida da vueltas: en 2014 me rompí el tobillo y emigré temporalmente, y en 2015 un señor bajito empezó a requerir bastante tiempo y dedicación, así que me perdí la fase final de la exploración de la red, en que se descubrió y reconoció una gran sala final, la Sala del Ágora. Se acabó nuestro sueño de salir a la calle por Ramales, jejeje.

En los últimos años nos dimos verdadera cuenta del peligro que corríamos con esa exploración. Yo encontré la nueva entrada gracias a un derrumbe ocurrido posteriormente a la exploración del sistema en los años 80. Prueba de ello era un punto topográfico en la sala de entrada de Imunía que quedaba a unos 4 ó 5 metros de suelo, ¡fuera de todo alcance! Sencillamente, el suelo se había hundido debajo. Y entre sequía y sequía, el destrepe inicial cambiaba: un bloque gigante que yo recordaba ahí y ya no está, otro bloque que ahora sí... Hasta hace poco, en que Carolo me avisó de un gran cataclismo que había cambiado completamente la entrada. Y las cuerdas que dejábamos en fijo en el interior aparecían completamente reventadas cada verano.

Por un lado, siento algo de pena por no haber podido participar en el final, y al mismo tiempo alivio por terminar con una red que se estaba manifestando muy peligrosa.

Adjunto link al artículo publicado por el G.E.Edelweiss.




domingo, 5 de junio de 2016

De barrancos en Cuenca

Se acaba la primavera. Hay que aprovechar para buscar algo que aún lleve agua, antes de que el verano lo seque todo. ¿Guara? Muy vista ya. ¿Pirineo? Muy pronto aún, tarde para un Consusa integral. Pedrete me dice que ha hablado con Javi y que se van a Cuenca. Perfecto. No conozco nada por allí y él sí. Será un guía aceptable y le recortaré algunas muescas, jejejeje...

Nos alojamos en un camping prácticamente desierto, en Cañamares. Es lo que tiene la temporada baja. Alquilamos una casa con ruedas que han traído de otro camping de levante, la única que tienen de momento.

Salimos el sábado prontito de Aranda y recogemos a Javi en Guadalajara. También se vienen con nosotros dos colegas de Pedrete, desde Madrid, aunque sólo para el sábado. Nuestro primer destino: el tan famoso Poyatos, que Javi ha hecho tantas veces, en tantas condiciones distintas.


Cañón de Poyatos y Vertiente de la Quebrada


Aproximación a Poyatos + Quebrada. Imagen de Iberpix.

Como tenemos dos coches, dejamos uno en la salida del barranco y subimos el otro al inicio. Merece la pena la combinación de coches. En todo momento nos guía Javi, que se conoce el terreno como la palma de su mano. "Javi, está nublado y nos habías prometido que haría bueno...".

Inicio de Poyatos. Equipo al completo.

Ya a pie, alcanzamos el cauce en pocos minutos, a la altura de un puentecillo. "Javi, hemos venido de barrancos y aquí no hay agua...". Lo cierto es que el agua aparece poco después de los primeros resaltes. "Javi, el agua está fría..."

Pronto aparece una zona estrecha y el suelo se abre ante nosotros, con una poza profunda de agua transparente al fondo. Un pasamanos por la derecha instalado en fijo conduce a lo evidente... ¡Poyatos hace buena pinta!

Ya con agua constante, un pequeño resalte nos introduce en una sala acogedora. ¿Quién iba a pensar que en Cuenca habría rincones así? Más obstáculos, como un rápel en toba, y llegamos a una senda que cruza el barranco. "Javi, tenemos hambre". Así que paramos a comer antes del rápel más largo del descenso.

Rápel de entrada a la sala.


La sala.

La segunda parte del barranco es más abierta. También más caudalosa, pues nuestro cauce va recibiendo aportes laterales. Los obstáculos se separan por tramos de caminar simplemente, que no llegan a hacerse pesados en ningún momento.


No es tan difícil proteger las cuerdas en un barranco.

Aprovechamos una subexcavación del cauce para mojarnos un poco y hacernos unas fotos luchando con las aguas vivas de un resalte de 50 cm. Poco después, en una curva a izquierdas, un afluente viene por la derecha. Es la Vertiente de la Quebrada. Javi nos pregunta si queremos remontar y descenderlo. "¡Evidentemente, una muesca más!"


Luchando con las aguas vivas. Foto de Javi.

Tras dejar la chaqueta del neopreno bajo un arbusto, remontamos una senda que retrocede por la derecha orográfica de Poyatos. Al poco, tomamos otra que se encamina hacia la Quebrada. Cruzamos el cauce y seguimos subiendo. Poco antes de un mirador, sale otra senda a nuestra derecha que nos conduce hacia el inicio del barranco.


Primeros rápeles en la Quebrada. Foto de Javi.

La Vertiente de la Quebrada no entrará en mi lista de 10 mejores descensos, pero merece la pena conocerlo a la vez que bajamos Poyatos. Tiene varios rápeles de hasta 15 metros y poco más.


Nuestro guía en las rampas de la Quebrada. Ese es Javi, la cámara es de Javi, pero la foto no la hizo Javi.

Recuperamos el material "aparcado" en la confluencia y seguimos el descenso. Poco después aparecen un par de saltos no obligados, que repetimos.

Un poco más de marcha y llegamos al estrechamiento final del Poyatos, que resulta curioso. La entrada se hace rapelando sobre una pequeña presa de paramento escalonado. Unos minutitos y estamos en el coche.

Rapelando en la presa final de Poyatos. Lo de meterse en el chorro es para que parezca algo serio. Foto de Javi.

Es tarde para hacer otro barranco y pronto para ir a cenar, así que Javi nos enseña el nacimiento del río Cuervo. Muy chulo.





Barranco de la Hoz Somera


El domingo nos dirigimos hasta el pueblo de Santa Cristina. No existe carretera asfaltada para llegar hasta allí. Desde Cañamares hacia Cañizares, un par de km después del túnel, sale a mano izquierda y hacia atrás una pista que nos lleva hasta Santa Cristina ¡en casi 15 km! La pista se encuentra en un estado entre muy bueno y lamentable, peor cuanto más cerca de nuestro destino. Un turismo normal no tiene problemas, con algo de precaución.


Aproximación a Hoz Somera con un solo vehículo. Imagen de Iberpix.

Dejamos el coche junto al lavadero, en un ensanchamiento de la calle principal y, ya a pie, terminamos de cruzar el pueblo y seguimos por el camino principal que sube entre bosque hacia el NE. Unos 2,5 km después, tomamos otra pista descendente a la derecha. En cuanto podamos, bajaremos al cauce. Y en cuanto consideremos, nos disfrazaremos y ¡a la faena!


Aquí nos ponemos el neopreno. Foto de Javi.

Si Poyatos nos sorprendió gratamente, quizás la Hoz Somera lo hizo aún más. Es un descenso variado y continuado, con rincones chulos, saltos, toboganes, caos de bloques... Normal que viésemos varias furgonetas de empresas.


Uno de los rapelillos de la Hoz. Foto de Javi.

El descenso termina antes de lo deseado, y desembocamos en el río Guadiela. Para el regreso, hay una senda (por llamarla de alguna forma) por la orilla derecha, pero a ratos nos parecerá más interesante nadar por el río.

Casi 1 km después veremos unas escaleras en un pequeño escarpe rocoso. Podremos aprovechar para hacer unos saltitos en esta zona en que el río tiene más profundidad. A partir de aquí la senda se hace más evidente. ¡Ojo con las garrapatas!


Pedrete saltando al Guadiela.

La senda sube hasta el pueblo de Santa Cristina, y aparecemos precisamente en el lavadero. ¡Este Javi se las sabe todas!





Barranco de la Hocecilla I


Al llegar a Santa Cristina, al otro lado del río habíamos visto un pequeño encajamiento con una vistosa cascadilla. Javi nos dice que es Hocecilla I, y es precisamente el descenso elegido para cerrar el fin de semana.


Un auténtico siento en Santa Cristina. Foto de Javi.

Sin mover el coche tras hacer la Hoz Somera, salimos del pueblo en dirección opuesta, hacia el SSO. No se ve claramente, pero se adivina, el emplazamiento del barranco. Cuanto más nos acerquemos, más escarpado será el descenso, por lo que sin llegar al final del lomo, decidimos descender al cauce. La cosa se complica, por la vegetación, así que la mejor opción que contemplamos es cruzar a la tierra de cultivo en la margen derecha. Visto en foto aérea a posteriori, quizás habría sido más interesante acceder a ella por el camino que sale del otro extremo del pueblo. Caminando por el borde del sembrado encontramos un punto donde descender al cauce sin dificultad, antes de que se encaje demasiado.


Nuestra aproximación a Hocecilla I. Imagen de Iberpix.

El barranco se anuncia corto. Comienza encajándose sólo unos pocos metros con el terreno circundante. La vegetación y algunas pozas lo hacen interesante, aunque no presente de momento rápeles ni tan siquiera resaltes.

Ya cerca del final llega lo interesante. El barranco se encaja de verdad y se oscurece. Aparece ya algún resalte. En una especie de sala interior, el agua se escapa fuera de ella por un agujero, con ramas y troncos atascados. Javi dice "Yo he rapelado por ahí, pero cuando lo he hecho no caía agua..." Retrocedemos unos metros. Pasamos por encima de una bicicleta convertida en piedra y nos asomamos sobre un hombro de roca. 10 metros más abajo aparece una poza profunda, de aguas limpias. No hace falta que nos hagamos la pregunta. Buscamos una instalación de rápel mecánicamente, aunque estamos convencidos de que no la vamos a utilizar. Me acerco al punto de mejor apoyo y pienso en que me estoy oxidando. Hace pocos años no habría dudado tanto... Cámara encendida, posición estudiada para salvar un saliente de roca a la derecha, a la altura de la cadera... Allá voy. Las rocas pasan cerca. No toco ninguna, ni siquiera en el fondo de la poza. ¡Yuju! Pulgares arriba. Ahora a desear que a mis compañeros les vaya tan bien. Así es. Puede haber sido el salto más delicado que hemos hecho hasta ahora. Vaya subidón. Una trepadilla, otro salto al Guadiela y se acabó. ¡Vaya forma de terminar este fin de semana!



Hacemos un poco el tonto en el río con una sonrisa que nos da la vuelta a la cara y volvemos caminando tranquilamente hasta el pueblo por el camino.


Final de la Hocecilla I.

Ya sólo quedan los 15 km de camino bueno-lamentable hasta la carretera y otros casi 300 hasta casa...


¿Quién iba a decir que en Cuenca se esconden cosas tan interesantes? ¡Y encima me vuelvo con 4 nuevas muescas! Mola esto de ir con Javi haciendo de guía.




jueves, 2 de junio de 2016

Introducción a la Espeleología 2016

Si os da curiosidad conocer qué es eso de la "espéleo", os animo a participar:



Comenzaremos con tres charlas formativas sobre aspectos relacionados con la espeleología, en las que veremos que esto no es solamente un deporte peculiar ni, como mucha gente cree, de "alto riesgo": técnica y material, geología kárstica e historia de la espeleología.
Por último, el domingo 12 realizaremos una travesía por una cueva de nuestra provincia. Será un recorrido fácil, sin complicaciones técnicas, en el que empezaremos a descubrir algunas de las maravillas que esconde nuestro subsuelo.


Información e inscripciones


Como pone en los carteles que hay por Aranda, los jueves a partir de las 22:30 en nuestra sede (C/ Santiago, 4, 1º izqda.), o bien contactando con Rebeca (nuestra Presidenta) o conmigo mismo. Hasta el 4 de Junio.

Todo ello es gratuito. Solamente nos vemos obligados a cobrar el seguro federativo obligatorio (a partir de 21 €).



lunes, 2 de mayo de 2016

Travesía Juñoso - Torca Ancha

Esta vez fue Pedrete quien promovió la salida, aprovechando el puente de Mayo. Se agradece que te lo den todo preparado en vez en cuando, ¡y a Pedrete no le faltan ganas!

Él tenía muchos planes en mente, aunque la menor disponibilidad de tiempo de los demás hizo centrarlos en la travesía del Soplao. Ya veríamos si quedaban tiempo y ganas para más... 4 compañeros respondimos a su convocatoria: Elena desde Cantabria y Óscar, Matapinos y yo desde Aranda.

Como ir en un día es una paliza, buscó alojamiento por la zona. Encontró un bungalow económico en el camping El Helguero, de Ruiloba. Hay que reconocer que echamos un poco de menos una estufilla, pues parece que el invierno no se había despedido del todo de esa habitación.

Acceso

Tanto el acceso como toda la travesía están perfectamente descritos en un artículo de la Federación Cántabra de Espeleología, así que simplemente haré algún comentario, sin repetir toda su descripción.

Seguimos la misma ruta por Roiz y Caviña hasta las antenas de telecomunicaciones. El único punto del camino que nos preocupó fue el primer paso canadiense, al inicio del camino, pues las lluvias han estropeado un poco el asunto. Nada grave: mi coche es bajito y no rozó en ningún punto.

Ya pertrechados y a pata descendimos hacia las bocas. Somos gente de meseta y por aquí no hay muchos tejos, así que puede que no sepamos reconocer un gran y solitario tejo, referencia indicada para encontrar Torca Ancha. El caso es que ningún árbol nos llamó la atención y dimos algunas vueltas por el bosque hasta dar con la boca. Mira que es grande, y no se la ve hasta estar cerquita. Óscar y yo nos quedamos instalando mientras los demás se iban a buscar Juñoso.

Situación de las bocas sobre foto aérea extraída de Iberpix.


La travesía

Descendimos Torca Juñoso y nos encontramos a los demás instalando la cabecera de la rampa que desciende hacia la Galería de las Maravillas. Este es el único punto donde la instalación sería mejorable. Nos ayudamos de anclajes naturales para desviar algunos tramos de cuerda y evitar roces.

La Galería de las Maravillas tiene una acumulación de formaciones que no recuerdo haber visto antes. Si el rincón de más belleza que conozco está en La Gándara, tras la cascada de la Sala del Ángel, la de las Maravillas es sin duda la galería más bonita que conozco. No es de extrañar que prolongásemos varias horas la duración de nuestra travesía sólo para hacer fotos.

De vuelta al recorrido principal, nos encontramos un par de pozos (10 y 43 m) donde instalar y recuperar cuerda. Posteriormente, en una sala amplia, nos desviamos para colarnos por una grieta bajo la que aparece un curso de aguas. Sí, es por ahí aunque haga dudar a veces. Todo está balizado para sacarnos de dudas.

La travesía prosigue por galerías que van ganando amplitud, con bloques. Únicamente una vez tuvimos una pequeña duda sobre la continuación, pero no perdimos más de 10 minutos hasta encontrar el paso. Al llegar al paso del Minino, da una cierta pereza. No es tan grave. Se puede evitar la parte final arrimándose a la pared derecha, por donde existe un hueco vertical que cortocircuita los metros finales.

Cerca del final ya, encontramos la famosa vagoneta de mina, foto obligada para todos los transeúntes.

Sólo nos resta ya empezar a subir las rampas de la Galería de la Cabra para alcanzar los dos pozos de salida, que teníamos instalados. La boca de Torca Ancha es magnífica, con la instalación colgando de un árbol, por un puente de roca, todo rodeado de bosque.

Como fui el primero en salir, me tocó ir a desinstalar Juñoso. No está mal: es como hacer tres cuevas en un día...

Galería de las Maravillas

Galería de las Maravillas

Galería de las Maravillas

Cristalizaciones sobre estalactita.

P10

La vagoneta.

Torca Ancha.

Óscar, satisfecho con la jornada.


No me extraña que esta sea una de las travesías más realizadas de Cantabria. Acceso fácil, dificultad media, recorrido variado y, sobre todo, formaciones hasta decir basta. Habrá que repetirla...


domingo, 3 de abril de 2016

La Plagne

Hacía ya tiempo que no podíamos coincidir para una semana de esquí en familia. El más condicionado era mi hermano, por su trabajo. Ni mis padres ni yo teníamos mayor problema en coger una semana u otra y finalmente acordamos reservar la última de Marzo para esquiar. Lorena y Lucas se quedaron en casa con los dientes largos...

Por esas fechas, salvo que venga raro el año, el destino más seguro son los Alpes. En el Pirineo te aseguras la nieve sopa y puede que hasta hacer la última bajada en el telesilla por falta de nieve. Y nos apetecía ir a los Alpes, ¡qué leches! El caso es que no teníamos tan claro como otras veces el destino. Casi siempre hemos buscado una estación muy grande, con altitud y buenos remontes, y con alojamientos asequibles a pie de pistas. Esto nos ha llevado la mayoría de las veces a Les Menuires, en los 3 Valles. Pero ya nos estábamos aburriendo y queríamos probar algo nuevo.
  • Tignes-Val d'Isère era mi opción preferida. Alta, con dos glaciares, remontes modernos. Lo del alojamiento barato y a pie de pistas sería lo más complejo.
  • En Alpe d'Huez habíamos estado hacía pocos años. A mí se mi hizo más pequeña de lo que parecía.
  • Serre Chevalier, Avoriaz-Morzine o Les Sybelles son mucho más bajitas, lo que es arriesgado estando casi en Abril.
  • ¿Y La Plagne-Les Arcs? Tiene 2 glaciares y muchos núcleos donde elegir alojamientos. Y no parecía ir mal servida de sillas desembragrables. La mayor pega parecían los núcleos bajos de La Plagne... ¡Elegida!
Localización de algunos de los grandes dominios franceses.

Buscamos un apartamento en Aime-La Plagne y allí fuimos los cuatro.


La Plagne está compuesta por 7 núcleos en altitud, en una especie de circo montañoso, además de los pueblos de Montchavin, Les Coches, Montalbert y Champagny.
Aime es el de mayor altitud, compuesto básicamente por un edificio monstruoso de apartamentos que representa perfectamente el esquí industrial de los Alpes franceses: aparcamiento a un lado, pista al otro y galería comercial en las entrañas, para poder pasar toda la semana sin mover el coche. Además, está unido al núcleo principal, Plagne Centre, mediante un pequeño teleférico, el telemetro. Es un concepto idéntico al edificio de Brelin, en Les Menuires. Sin embargo, hay un aspecto en que Aime gana por goleada: teníamos vistas al Mont Blanc desde nuestra ventana.

La Plagne


Llegamos con mucha incertidumbre sobre la cantidad y calidad de nieve. En cotas bajas se anunciaban 20 cm, lo que es sinónimo de grandes calvas. Nada más aparcar, nos asomamos a la pista y... bueno... he visto pescaderías con mejor nieve.

El primer día comenzamos con una ronda de reconocimiento. Pasamos a Champagny, en la cara Sur, y confirmamos que fuera de las pistas el asunto estaba peliagudo: totalmente helado por la mañana y pastosillo por la tarde. Ahí hacía falta una nevada. Más arriba, sin embargo, todavía se podía hacer algo.

Nuestras plegarias se vieron parcialmente recompensadas a lo largo de la semana: un par de nevadas nos alegraron el espíritu, en particular una que dejó hasta 30 cm de nieve polvo. Bueno, polvo los primeros 15 minutos... Ya se sabe, estamos en primavera, por mucho que nos vayamos a los Alpes. Luego llegó a llover en cotas de hasta 2500 m, así que durante la semana pudimos practicar con todo tipo de nieves: polvo, polvo venteada, polvo compactada, dura, costra de rehielo, primavera, húmeda, mojada, empapada...


Comparándola con otras estaciones

Estamos muy acostumbrados a los 3 Valles. Pensamos que tenía la mejor combinación de tamaño, altitud y calidad de remontes. Y lo que hemos visto es:
  • Tiene glaciar, pero no es una estación de mucha altitud. Hay poquitas cosas por encima de 2500 m. Baja hasta 1200 m, donde es más difícil encontrar buena nieve.
  • Es muy variada. Tiene prácticamente de todo: glaciar, bosques, orientaciones diversas, pueblos... Eso hace que sea también muy bonita. Es una de las que más me ha gustado, bastante más que los 3 Valles, donde se echa de menos algo más de bosque.
  • En contra de lo que creíamos, tiene muchas posibilidades de fuera-pista. Y los tiene preciosos, como la bajada desde l'Arpette hacia Les Coches.
  • Se nota que hace falta inversión en algunos remontes, o reestructuración de los mismos. El acceso al glaciar es viejuno y cierra con frecuencia. Los remontes clave de conexión se saturan por no disponer de alternativa: vimos grandes colas en Bergerie, Arpette o Colosses, a pesar de ser sillas de gran capacidad. En ese sentido, en los 3 Valles casi siempre hay dos alternativas en los ejes principales de conexión.

Paradiski

La Plagne está unida a Les Arcs por un teleférico doble con cabinas de dos pisos. Da mucho miedo esta clase de uniones, que hacen pensar que cierren con facilidad, pero la verdad es que todos los días ha estado abierta, que sepamos, con todo tipo de condiciones meteorológicas.

Les Arcs.

Les Arcs me resultó algo más monótona que La Plagne. Básicamente, tiene una ladera con bosque, y un valle superior que desemboca en Arc 2000, donde podemos encontrar el teléferico de l'Aiguille Rouge y la silla del Col. Son dos zonas que tienen pinta de coger buena nieve.
La bajada desde Aiguille Rouge hasta Vilaroger es larga, con casi 2000 m de desnivel, y me encantó. El paisaje es magnífico y la ruta es muy variada. Eso sí, estando en Aime, el tiempo para llegar hasta allí y volver va muy justito.
Desde Aiguille Rouge podemos asomarnos a la cara Sur, con vistas hacia la zona del Mont Pourri. Me quedé con unas ganas tremendas de bajar por la canal bajo el teleférico, inmaculada y con sólo una intrépida huella. Sin conocerlo, con peligro de avalanchas, tuve que dejarlo para otra ocasión.

Teleférico de Aiguille Rouge.

Una de las pistas que más nos gustó es la roja Malgovert, en Arc1600. Es una de esas que no pisan, por lo que en ciertas zonas está llena de bañeras. Sin embargo, es tremendamente variada, con bosque abierto, lo que permite múltiples itinerarios. Además, está apartada en una esquina del dominio, con unas vistas increíbles. Preciosa, sin lugar a dudas, para bajar sin prisas, disfrutando del entorno y jugando con árboles, rocas y montículos.



Veredicto


Si queremos esquí puro y duro, con buenos remontes modernos y grandes desniveles, elegiremos los 3 Valles. Ahora bien, si nos apetece bajar el ritmo en alguna ocasión para esquiar por un camino en bosque, parar de vez en cuando para disfrutar del paisaje variado y no nos importa tener que coger algún telesilla de pinza fija o incluso alguna percha, La Plagne nos va a encantar. No hay más que comprobar la proporción de niños esquiadores en una y otra.