martes, 5 de diciembre de 2023

Coterón - Coterón o Cuando llueve en Cantabria

La, posiblemente, última salida de espéleo del año llevaba semanas fija en el calendario. Lo no tan fijo era el destino. Queríamos hacer una travesía de cierta envergadura, pero la lluvia y un simulacro de espeleosocorro en el Mortero nos hacían tachar una buena parte de las candidatas.

Pensando en algo más bien seco, me vino a la cabeza Coterón-Reñada, que ya he hecho en un par de ocasiones. Pero también tenía un problema: el "Duck" y las zonas sifonables de Reñada. Así que se me iluminó la bombilla y sugerí un plan distinto: Coterón - Coterón, haciendo una circular por ambos ramales. Podríamos coger la vía del P69 para volver por el ramal Codisera. Supuestamente, todo está instalado en fijo a excepción del pozo de entrada de Coterón y el P69, preparado para recuperar cuerda. La idea gustó, ya que además de un largo y variado recorrido, nos daba también unos metros de ascenso, ¡que estamos muy desentrenados!

El plan "bombilla" sobre la topo editada por el Club Viana.
Desde Burgos, lloviendo. Cruzamos los Tornos con 3 ºC. El agua sobre el parabrisas ya no parecía del todo líquida. En Arredondo se reactiva la lluvia cuando aparcamos y vemos que el río Asón va perfecto para la piragua de aguas bravas. ¡Menos mal que hemos elegido una travesía sin río!

Por la mañana nos cae otra buena manta de lluvia fina de camino a Matienzo. Afortunados, la lluvia para cuando dejamos el coche y nos permite subir a Coterón secos... si no fuese por el terreno y la hierba, completamente empapados. Por cierto, no encontramos una senda clara para subir; quizás no la haya.

Ahora se instala desde arriba.
En la boca encontramos la instalación cambiada: ahora se accede desde arriba a la izquierda, mediante un pasamanos inclinado de cuerda naranja en fijo hasta el descuelgue de cadena. Instalamos en fijo sin ocupar la anilla por si algún "iluminado" osaba hacer la travesía recuperando cuerda. López se lanza a ello, y enseguida nos advierte de que en el pozo llueve. En efecto, un par de chorrillos de agua escurren por las paredes para convertirse enseguida en lluvia. Por eso, instala un par de fraccionamientos para tratar de alejarnos un poco de la lluvia más intensa. A pesar de ello, todos llegamos abajo bastante húmedos.

En la base de "Goterón", como lo llamamos ahora.
Ya en la base, la primera rampa es una especie de manta de agua. Corre agua por todos lados hasta un gran gour en el fondo de la sala. Un curioso aporte sale de un hueco en la pared izquierda. Sí ha llovido, sí. No recordaba esta parte de la cueva tan húmeda.

Siguiendo hitos y reflectantes sin pérdida posible, bajamos el P13 y llegamos al Borde del Mundo. Nuevamente, una pequeña cascada que tampoco recordaba cae desde el techo. Continuamos por la vía del ramal Reñada y sin problemas alcanzamos el P30,que se bordea fácilmente por la izquierda y enseguida el P69.

P13.

Galería Entre Dos Mundos. Bonita, a su manera.

Preparamos la secuencia de cuerdas para la recuperación y Pablo se lanza a la primera cabecera. ¡Sorpresa, el pozo está instalado en fijo! ¡Y menos mal, porque si en Coterón nos mojábamos, este ya tiene una auténtica ducha! En especial, el acrobático pasamanos del bloque - repisa es la zona de más intensidad de lluvia. Pablo y yo bajamos "a mano abierta", y aún así llegamos a la base totalmente empapados.

La cabecera del P69.
Reunidos de nuevo y tras un minuto de duda sobre si hay que seguir al agua o no, enseguida damos con el paso que conduce a las galerías de Reñada. Ya en ellas, un caudaloso río aparece por la izquierda. Otra cosa que tampoco recordaba... En caso de haber seguido hacia Reñada, seguramente habría que haberse mojado. Pero nuestro plan nos lleva a trepar el Borde del Universo, tras lo cual hacemos una paradita para comer. Cortita, que estamos algo mojados.

Nada más retomar la marcha, comienza a oírse ruido de agua, mucha agua. Al llegar al Lago del Fantasma, todo un río está saliendo de él y metiéndose bajo nuestros pies. Creo no exagerar estimando el caudal en 0,5 m3/s. Bordeamos unos metros el lago hasta el recodo y descubrimos la punta del pasamanos, y cómo éste se sumerge en el agua. El lago está al menos un metro más alto de lo normal. ¡Menos mal que era un lago estancado!

Tenemos tres posibilidades:

  1. Tratar de salir por Reñada. Descartado inmediatamente, a la vista del nivel de carga del sistema.
  2. Cruzar el lago, deseando que en ningún punto fuera de nuestra vista esté sifonado y que no tengamos ninguna otra sorpresa en el ramal Codisera. Pero eso implica nadar y sumergirse hasta el cuello inevitablemente. No apetece.
  3. Deshacer el camino andado, remontando el P69 bajo su lluvia. Si ya nos habíamos mojado al bajar, doble ración al subir. Parece el menor de los males y la opción más sensata.
Con resignación, deshacemos el camino y, por supuesto, salimos del P69 como sopas con patas. Sin embargo, al llegar al gran gour de la entrada, el caudal ha bajado considerablemente. Ya no escurre agua por la rampa y el aporte ha bajado notablemente. De hecho, también llueve menos en el pozo de "Goterón". Pero nos mojamos igual, por si a alguno le quedaba algo seco. Unas 7-8 horas después de entrar, volvemos al exterior.

El gour de la entrada, a la vuelta.
El domingo no nos quedaban muchas ganas de cueva, y la mitad de nuestra ropa seguía húmeda, así que optamos por una rutilla por Saco, el Hoyo Grande y los Castros de Horneo, subiendo al Colina, con casi medio metro de nieve.

Más nieve de la esperada.

Moda 23-24 de espeleología en montaña.

Pablo nos enseñó los Castros de Horneo, o Cortados o Callejones del Asón.

¿Mala suerte por los niveles de agua o buena suerte por encontrar el P69 en fijo? Sin duda, lo segundo. Lástima que no le hicimos fotos al lago. Era digno de ver.

Por si a alguien le sirviese de referencia, esto es lo que recogieron los pluviómetros de Aemet más cercanos:



Unos 100 litros en 6 días, 70 de ellos en los 3 días justo antes de entrar.